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Traductores Bilingües

El extraño caso de los traductores bilingües

Vamos a tratar el caso de los traductores bilingües y los problema que conlleva. Extremadamente raro es el traductor que puede traducir inversa y directamente sin problemas en la misma combinación de idiomas, produciendo textos que el público, en cualquiera de los dos idiomas, nunca sospecharía que se hubieran traducido. Un caso raro, rarísimo, casi imposible, me atrevería a decir. Por el contrario, los traductores que lo hacen y afirman producir un trabajo de igual calidad en ambos idiomas los hay a patadas, pero mienten, o no son concientes.

Vamos a hacer la declaración audaz y probablemente controvertida de que un traductor solo debe traducir a su idioma nativo.

Entre los traductores bidireccionales con los que nos hemos topado a lo largo de los años, el argumento número uno que escuchamos para respaldar su práctica de traducción es que eran bilingües con fluidez. Pero luego, ninguno podía alcanzar el mismo nivel en el idioma no nativo y entregar una traducción de calidad.

Entonces, establezcamos lo obvio: ser bilingüe no te hace traductor. Pero, aquí hay algo menos obvio: ser un traductor no te califica para traducir del idioma A al idioma B, ni del idioma B al idioma A.

 

El papel fundamental de la cultura en la traducción

Muy a menudo se ha pasado por alto en la ecuación de la traducción el elemento de la cultura. En Translation Studies, cuarta edición, la teórica de la traducción Susan Bassnett hace esta elegante analogía: «De la misma manera que el cirujano, operando el corazón, no puede descuidar el cuerpo que lo rodea, el traductor que tratara el texto de manera aislada a la cultura cometería el mismo». Esto significa que el traductor no solo debe tener un dominio absoluto del idioma de su público de destino, sino también una comprensión profunda de la cultura de ese público. Para que esto ocurra, prevalece el sentido común de que lo ideal es que un traductor haya nacido y crecido con el idioma y la cultura de destino, o al menos, casi completamente inmerso en él desde su nacimiento.

¡Recuerda!

Por muy alto que sea tu nivel de un idioma que no hablas desde tu primerísima infancia, nunca podrás alcanzar el mismo nivel en una traducción.

 

¡NO TE IMPROVISES TRADUCTOR!

Y MENOS BILINGÜE